Abogacía preventiva
Si la medicina preventiva promueve la buena salud física de las personas, la abogacía preventiva promueve la buena salud jurídica: el reconocimiento de tus derechos así como la reducción de una futura litigiosidad y en cualquier caso un ahorro económico.
Evitar situaciones jurídicas no deseadas es posible
Es un hecho constatado que siempre se ha considerado en España que los abogados somos profesionales a los que solo se debe acudir como último recurso cuando algo ya va mal y ya no queda mas remedio que buscar su consejo o acudir a un juicio.
Pero desde hace ya algunos años se está tomando la conciencia, como sucede en las sociedades del mundo occidental, que el consejo y asesoramiento legal de un abogado es vital antes de realizar cualquier acto con transcendecia jurídica (aunque parezca sencillo).
El asesoramiento es necesario para la firma de un contrato, una declaración de impuestos, el otorgamiento de un testamento, la compra de una vivienda, etc. Igual que resulta peligroso automedicarse, resulta peligroso redactarse/copiar un contrato, pues no hay dos situaciones iguales.
Dado que vivimos en una sociedad extremadamente reglamentada en la que el conflicto jurídico puede aparecer incluso sin que hayamos participado en su causa, hay situaciones que han de resolverse en los Tribunales.
Pero los Tribunales se encuentran colapsados en todos sus niveles y su capacidad de respuesta es lenta y limitada en cualquier caso. Además, los juicios son costosos y están rodeados de una peligrosa incertidumbre que, sea cual sea el resultado, siempre cobran un elevado coste emocional a las partes, así como económicos.
Por ello, es necesario buscar soluciones para la evitación de conflictos, y esa nueva perspectiva nos la da la abogacía preventiva que emplea técnicas orientadas a la anticipación y prevención de problemas y conflictos legales y, en su caso, a la minimización de riesgos legales y maximización de derechos y de salidas negociadas a conflictos ya existentes.
Por lo tanto, frente al planteamiento reactivo y basado en la gestión de hechos pasados que preconiza el enfoque de solución de conflictos, el enfoque preventivo es eminentemente proactivo y orientado a la evitación de conflictos futuros.
¿Cómo funciona la abogacía preventiva?
Ha de contarse con la tu participación activa: deberás contactar con nosotros en una fase temporal en la que el problema aun no ha surgido, por ejemplo cuando vayas a realizar un acto con trascendencia jurídica.
Una vez nos hayas expuesto tu caso o situación, desde nuestra independencia y tras sondear sus verdaderos deseos, reconocemos el interés objetivo del caso.
Así, evaluamos y sopesamos las mayores o menores dificultades y te podremos ofrecer el mejor consejo legal, la mejor solución tratando siempre de anticiparnos y prevenir los posibles problemas legales que puedan surgir en el futuro o, en su caso, a reducir los perjuicios ya existentes y evitar que el conflicto se instale.
Nuestra actividad te proporcionará la seguridad que necesitas para llevar a cabo el proyecto de que se trate (sea más o menos complejo, incluso aunque crea no necesitar consejo legal).
No consideres que las ventajas del asesoramiento preventivo puedan ser escasas y que, en suma, constituirá un coste innecesario. Lo cierto es que los beneficios son patentes ya que te supondrá un ahorro de tiempo, dinero, y del desgaste emocional y psicológico que supone estar sometido a las veleidades de un litigio durante años, o de la frustración de no ser titular de los derechos que creiste tener al realizar un acto jurídico sin el debido asesoramiento.
La gente se está haciendo inteligente: están dejando que sus abogados sean sus guías